sábado, 18 de mayo de 2013

La ideología dominante y el currículum.



La ideología dominante y el Currículum

El Sistema Educativo presenta a sus instituciones, currícula y hasta todas las ciencias relacionadas con ellas como algo neutro, histórico y objetivo.
Todos los sistemas educativos se mantienen y justifican sobre la ba­se de líneas de argumentación que tienden a oscilar entre dos polos dis­cursivos, por una parte las que defienden que la educación es una de las vías privilegiadas para  corregir las disfunciones de las que se re­siente el modelo socioeconómico y cultural vigente y, por otra, las que sostienen que las instituciones educativas pueden ejercer un papel deci­sivo en la transformación y el cambio de los modelos de sociedad de los que venimos participando.
A la hora de reflexionar sobre la política educativa, sobre las instituciones escolares y los currícula que planifican y desarrollan, es necesario contemplarlos desde ópticas que van más allá de los estrechos límites de las aulas. La política educativa no puede ser comprendida de manera aislada, descontextualizada del marco socio-histórico concreto en el que cobra auténtico significado. El sistema edu­cativo y, por tanto, las instituciones escolares son una construcción so­cial e histórica.
Entre las funciones principales de la institucionalización de la educación estará la de satisfacer las necesidades e intereses de los individuos y de la sociedad a la que pertenecen. Así mismo a la hora de proponer y razo­nar sus modelos educativos tratarán de elaborar todo un marco teórico y unos prototipos de prácticas que nunca lleguen a alterar de forma sus­tancial el mantenimiento de las actuales estructuras de esa sociedad.
Existen enfoques o perspectivas en el campo del currículum que deben ser entendidos como una especie de red que sirve para situar tendencias. Tales enfoques los mencionaremos a continuación.

La perspectiva o  enfoque técnico en sus sentidos restringido y amplio
El currículum suele referirse tanto a su materialización en propuestas didácticas concretas, como al contexto social, político e ideológico en el que éstas han sido o son posibles pero también procurar que el profesorado tome conciencia de esta dimensión ideológica.
Por planteamiento técnico de la enseñanza se entiende: el conjunto de propuestas tendentes a racionalizar la actividad de enseñar planteándola como una cuestión tecnológica que debiera ser abordada a partir de los conocimientos aportados por la ciencia. Bajo esta concepción lo que se pretendió con los profesores fue convertirnos en buenos técnicos, en profesionales eficaces a la hora de conseguir aprendizajes, es decir saber programar y formular con precisión lo que se iba a hacer, sobre todo los objetivos que se pretendían, a fin de poder evaluar también con precisión el grado de eficacia alcanzado.
Dentro de este planteamiento se incluyen también propuestas de formación y selección de los profesores, basadas en la identificación de las competencias docentes relacionadas con la obtención de resultados eficaces.

Como señalan los estudiosos del currículum, esta orientación y reducción de los problemas educativos a problemas técnicos, se hizo predominante en los Estados Unidos de América el debate sobre la educación había sido desplazado de los temas clásicos acerca de la formación de los individuos, con un interés predominante por los valores morales y éticos, y sobre todo democráticos, en los que habían ejercido una notable influencia pensadores como John Dewey, pasando a considerarse como izquierdistas las ideas que hasta entonces eran tenidas por enfoques progresistas de la educación. Fue ese contexto de búsqueda de la eficacia, así como de recesión democrática, el que impulsaría definitivamente los planteamientos tecnocráticos en la enseñanza.

En un sentido amplio, por perspectiva técnica debemos entender el tipo de ideología y de racionalidad dominantes en las denominadas sociedades de capitalismo avanzado. Entre los rasgos más destacados de esa ideología, está la reducción de la racionalidad a su vertiente técnica o instrumental, lo que supone abordar los problemas de cualquier naturaleza como cuestiones relativas a los medios y no como asuntos de carácter ético, moral, político, es decir, concernientes a la esfera de los fines.
El planteamiento técnico entonces se puede decir que está detrás de cualquier propuesta que no vaya más allá del intento de mejorar las cosas que funcionan mal, como pueden ser la calidad de la enseñanza, la organización de los centros, las materias que se han de enseñar, el malestar docente o sus desequilibrios psíquicos, etc. dando por sentado que esta escuela y esta sociedad deben mantenerse, tratándose sólo de que la primera sea más funcional para la segunda, mejorando su eficacia, corrigiendo sus errores.

La perspectiva práctica: neotecnicistas y cuasicríticos
Se desarrolló a partir del final de los años 60 en Estados Unidos, y que en nuestro país se introduce a lo largo de la década de los años 80, pudiendo decirse que está presente en todo el conjunto de corrientes de investigación, innovación, formación del profesorado, planificación didáctica, etc. que, destacando el carácter variable, situacional e incierto de la actividad de enseñar, señalan que ésta no puede ser racionalizada acogiéndose a la aplicación de reglas técnicas, sino que exige la toma de decisiones durante la práctica misma, por lo que más que de ejecutar planes preestablecidos, se trata de gestionar una realidad compleja, en la que se han de tomar decisiones prudentes, equilibradas, ponderando finalidades no exentas de contradicción. Para esta corriente el profesor pasa a ocupar un papel central, reivindicándose su figura, tanto si se trata de investigar, como de planificar o de innovar en la enseñanza, desarrollándose un creciente interés por su pensamiento y las estrategias para formarlo en las artes de la práctica.

Los autores que se encuadran dentro de esta perspectiva suelen citar a Aristóteles para tomar de él la distinción entre los dos tipos de práctica que éste formulara, a saber: la práctica como "saber hacer" que requiere habilidades técnicas, y la práctica como "saber gestionar" que requiere sindéresis, capacidad de ponderar, de enjuiciar con prudencia, de poner en juego valores éticos y morales. A partir de tal distinción, señalan que la enseñanza es una práctica del segundo tipo.
Pero todas estas ideas, cuando se utilizan reduciendo el significado de la práctica al conjunto de actividades que se realizan en el marco de la enseñanza, más concretamente de las instituciones en las que ésta se lleva a cabo, es decir cuando se aplican sólo a la gestión de los problemas del aula o del centro; se puede decir que la perspectiva práctica se enfrenta al planteamiento técnico en sus dos acepciones o niveles, pero entonces sería mejor reconocerla como una perspectiva que se adentra en el terreno de la crítica. Efectivamente, se observa cierta confusión entre las corrientes práctica y crítica. Entre los prácticos, cabe seguramente establecer dos sectores: por un lado los que no alcanzan a cuestionar más que el planteamiento técnico en sentido restringido, a los que se les puede considerar como neotecnicistas, dado que no aportan más que nuevas técnicas útiles para corregir pasados errores; por el otro, los que llevan las capacidades que requiere el "saber gestionar", hasta el nivel del compromiso socio‑político que ello incluye, y orientan la reflexión hacia los contenidos ideológicos de la conciencia, con el fin de someterlos a revisión. De ellos, sólo los segundos tienen algo que ver con la crítica, podríamos considerarlos como cuasicríticos, algunos incluso se consideran incluidos en esta última perspectiva.

La perspectiva crítica
El planteamiento crítico de la enseñanza se enfrenta también al técnico, pero en sus dos acepciones de tecnicismo didactista y de racionalidad hegemónica, así como a las bases materiales que lo determinan. En rigor, no cabe hablar de un planteamiento crítico de la enseñanza, sino de un planteamiento crítico general, que se extiende a todos los ámbitos de la sociedad y que, por tanto, tiene que decir también de la enseñanza. La crítica no se caracteriza por buscar una alternativa a la pedagogía por objetivos proponiendo una pedagogía por "principios de procedimiento", sino que el verdadero blanco que escoge la crítica es de naturaleza socio‑política y no didáctica; claro que su enfrentamiento con la racionalidad hegemónica en las sociedades modernas, lleva consigo la necesidad de revisar las propuestas concretas en las que ésta se manifiesta en el campo del currículum, tanto si se trata de las formas primeras y más duras, como si se refiere a sus formas neotecnicistas más modernas.

El concepto de crítica: crítica teórica y crítica práctica
Por crítica teórica se entendería aquella que pertenece a la misma esfera que los conceptos citados en el primer lugar de los pares anteriores, es decir, al campo de la teoría, del pensamiento, de la conciencia, de la alienación (o desalienación), de la superestructura, de la filosofía (en el sentido que Marx le atribuía a este término cuando señalaba que había servido más para interpretar el mundo que para cambiarlo). Sería una crítica que se resolvería mediante actos mentales destinados a transformar la conciencia. Aquella que se atribuye a Hegel, a los jóvenes hegelianos, al joven Marx entre otros, y que, más recientemente, reivindicarán los filósofos de la Escuela de Frankfurt al señalar la necesidad de volver a la crítica de la conciencia.
Por crítica práctica entenderíamos aquella que puede asociarse con los conceptos que ocupan el segundo lugar en los pares anteriores, es decir, con la praxis, la acción, la realidad material, la explotación, la estructura económica, la revolución, etc. Sería el tipo de crítica que se atribuye al Marx maduro, que habría evolucionado desde la crítica teórica hasta la lucha política, la actividad material, histórica, social, centrando su trabajo intelectual en el estudio de las condiciones materiales de existencia, su dinámica y su transformación, pasando a entenderlas como generadoras de la conciencia y no productos de ésta. Sería aquella crítica que le llevaría a decir que "el arma de la crítica no podía sustituir a la crítica de las armas". Se trataría de una crítica dirigida a transformar la realidad en primera instancia.

El currículum como método de control.
El currículum condiciona el trabajo de los docentes en tanto conforma un marco de actuación, ya que no solo organizo contenidos, espacios, tiempos y metodologías sino también enmarca el modo de pensar. Bernstein, observa así diferentes formas de regulación del trabajo docente:
  1. Control simbólico: promoviendo determinados valores, doctrinas o ideologías, legitimando un discurso frente a otro.
  2. Control instrumental: estableciendo técnicas, clasificaciones, procedimientos, tecnologías.
  3. Estimulando la emancipación crítica: generando reflexión sobre los determinantes del dispositivo escolar y la docencia, en dirección a la construcción de una nueva hegemonía en las decisiones escolares.

El currículum como extensor de la ideología
El sistema educativo y las instituciones escolares son una construcción social e histórica. La presión de los grupos e ideología más conservadora, sin embargo, intenta hacernos partícipes de la idea de la inevitabilidad, perennialismo y a historicismo de todo aquello que juega a favor de sus necesidades e intereses.
Las prácticas escolares acostumbran a regirse por el esquema simplista de un profesorado que sabe mucho y un alumnado que apenas sabe nada y que, por consiguiente, necesita aprender mediante la enseñanza toda una serie de asignaturas con nombre como matemáticas, geografía e historia, lenguaje o educación física. Todo ello acompañado de una estrategia metodológica muy condicionada por recursos didácticos como los libros de textos, así como de un sistema de evaluación reducido casi exclusivamente a lo que conocemos como exámenes que avalan ante el resto de la sociedad los méritos y desméritos alcanzados por el alumno.
Por Ideología se entiende el conjunto de ideas y de representaciones que se imponen a las personas como verdades absolutas, produciendo un autoengaño, una ocultación en su pensamiento y forma de actuar. La ideología se manifiesta tanto en las ideas como en la practicas de las personas no es un concepto de uso restringido a los estudios de corrientes filosóficas o a la reflexión más o menos abstracta.
Antonio Gramsci utiliza el termino Hegemonía Ideología, se refiere a esa ideología que se impone a sus seguidores unos significados y posibilidades de acción de manera sutil, de tal modo que incluso formas de organización y de actuación de una sociedad que contribuyen a mantener situaciones de injusticia, llegan a ser percibidas como inevitables, naturales, sin posibilidad de modificación.
La misión de esta hegemonía es la de reproducir en el plano ideológico las condiciones para la dominación de clase y la perpetuación de las relaciones sociales de producción y distribución.
Las ideologías no son estáticas o permanentes, estas funcionan como hegemónica, gradualmente va a ser reformulada o sustituida mediante la confrontación entre otras tradiciones intelectuales diferentes, los intelectuales orgánicos y la praxis de las fuerzas sociales ascendientes.
Las ideologías se construyen, funcionan y se transmiten en situaciones sociales concretas, circunscritas en espacios ecológicos y tiempos específicos, mediante prácticas y medios de trabajo y de comunicación determinados.
Uno de los escenarios es la institución escolar, institución que Louis Althausser ha denominado como Aparato Ideológico de Estado, afirmando que "desempeña, en todos sus aspectos, la función dominante, de entre los restantes Aparatos Ideológicos de Estado (el religioso, familiar, jurídico, político, sindical, de la información y cultural).

El currículum como método de organización educativa.
El término currículo se refiere al conjunto de objetivos, contenidos, criterios metodológicos y técnicas de evaluación que orientan la actividad académica (enseñanza y aprendizaje) ¿cómo enseñar?, ¿cuándo enseñar? y ¿qué, cómo y cuándo evaluar? El currículo permite planificar las actividades académicas de forma general.

Para la estructuración del currículo se debe tomar en cuenta lo siguiente:
• Lo que se debe enseñar y lo que los alumnos deben aprender.
• Lo que se debe enseñar y aprender y lo que realmente se enseña y aprende; es decir, lo ideal y lo real.
• Encontrar solución a estos pequeños malentendidos que se crean debido a que no somos capaces de ver más allá de lo que nuestros ojos nos enseñan.
El currículo de la escuela debe definir el aprendizaje que se espera que todos los estudiantes desarrollen a lo largo de su trayectoria escolar. El currículo de una escuela o institución educativa debe tener los siguientes elementos:
1.    Plan de Estudios: para definir la organización del tiempo en el cual se desarrollan las actividades semanalmente, la cantidad de horas por asignatura y los horarios por curso.
2.    Programas de Estudio: que permita organización didáctica del año escolar para asegurar el logro de los objetivos fundamentales y los contenidos mínimos obligatorios, el tiempo de los objetivos, con actividades, metodología y evaluación para cada curso y asignatura.
3.    Mapas de Progreso: describen el crecimiento de las competencias consideradas fundamentales en la formación de los estudiantes dentro de cada asignatura y constituyen nuestro  marco de referencia para observar y evaluar el aprendizaje.
4.    Niveles de Logro: los cuales describen los desempeños  que exhiben los estudiantes en las asignaturas que al final de cada ciclo escolar evalúa.
5.    Textos Escolares: los cuales desarrollan los contenidos definidos en el  currículo  y permiten implementar el currículo en el salón de clases. Estos textos deben ser evaluados cada año por los maestros de cada área y cambiarlos cuando se considere necesario.
6.    Las Evaluaciones: parte del proceso de aprendizaje de los estudiantes, se elaboran para constatar regularmente el logro obtenido por los estudiantes.
7.    Línea Pedagógica: es el enfoque socio-cognitivo que tenemos de la educación, debe ser una metodología activa, que forma estudiantes comprometidos con el desarrollo de las clases y otras actividades; el desarrollo de la creatividad e innovación en las metodologías impartidas, utilizando material y recursos variados, que impliquen la incorporación de informática y tecnología moderna en el desarrollo de las clases, favoreciendo la reflexión crítica y responsable de los contenidos y temáticas de sus programas académicos.






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